Karol Assunção
Periodista de Adital
Adital
Se estima que 600 millones de personas presentan algún tipo de deficiencia en el mundo. Además de los cuidados especiales, estas personas poseen derechos que, así como los de cualquier otro ciudadano, necesitan ser respetados. Sin embargo, no es eso lo que sucede. A causa de esto, organizaciones internacionales presentarán, el próximo 6 de noviembre, una denuncia formal a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).
La idea es exponer la violación del derecho a la educación de las personas con deficiencia en América Latina y en el Caribe. En la ocasión, estarán presentes: el Relator Especial de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) sobre el Derecho a la Educación, Vernor Muñoz; el Centro por la Justicia y el Derecho Internacional (Cejil); y la Campaña Latinoamericana por el Derecho a la Educación (Clade).
De acuerdo con la coordinadora general de la Clade, Camilla Croso, el objetivo principal de la reunión con la CIDH es sensibilizar a los comisionados en la cuestión de la discriminación de las personas con deficiencias. “Espero que a partir de esta sensibilización los comisionados puedan ser más enfáticos en los Estados de América Latina y el Caribe para garantizar el derecho”, comenta.
Además, la coordinadora subraya que ésta es una oportunidad para dar mayor visibilidad al problema de la violación de los derechos de las personas con deficiencia en la región. “Esta es una cuestión que aparece poco en el debate educativo”, destaca.
Prueba de esto es la dificultad para sistematizar los datos de estas faltas de respeto en los países latinoamericanos y caribeños. Según Camilla, todavía hay poca información de estas naciones en cuanto a la situación de la educación para las personas con deficiencias. Y, de acuerdo con ella, ésta también es una demanda que las organizaciones llevarán a la CIDH. “[Queremos] poner el énfasis en la sistematización de estos datos por país”, afirma.
Para la coordinadora de la Clade, la principal violación del derecho a la educación para esa parte de la sociedad está en el “acceso en sí”. “[Todavía hay] resistencia para incluir a las personas con deficiencias en la enseñanza pública regular”, afirma. Ella explica que, durante muchos años, se priorizó una educación segregada – “educación especial” – para las personas con deficiencias, lo que constituye una “discriminación gravísima”.
De acuerdo con Camilla, la legislación ya avanzó mucho en el derecho al acceso de todos a la educación, pero en la práctica, esto no sucede con frecuencia, porque muchas veces, la escuela niega la matrícula al alumno con deficiencias. “Las personas con deficiencias tienen derecho a la educación como cualquier otra”, comenta.
Ésta tampoco es la única forma de falta de respeto a los derechos de esa parte de la sociedad. “Garantizado el acceso, ocurren otras violaciones, como [cuando] la escuela no consigue hacer los ajustes necesarios para acoger a esa persona con deficiencias”, explica. Material didáctico no adaptado, profesores mal preparados y falta de adaptación física para recibir a los alumnos con deficiencias son sólo algunas de las violaciones que ocurren en el ambiente escolar.
Pocas consiguen estudiar
Debido a esta serie de faltas de respetos, pocas personas con deficiencias consiguen frecuentar la escuela y completar sus estudios. La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) estima que el 35% de los niños en el mundo que no frecuentan la escuela poseen algún tipo de deficiencia y, de ésas, sólo el 2% conseguirán concluir los estudios.
En los países latinoamericanos, la situación no es muy diferente del resto del mundo. En Perú, por ejemplo, el Censo de 1993 mostró que el 84,9% de las personas con deficiencias no frecuentan o nunca fueron a la escuela, siendo la tasa de analfabetismo de esta población de 41%. En Chile, sólo el 8% de las personas con deficiencias están estudiando, y una de cada dos, no consigue completar la educación básica.
Traducción: Daniel Barrantes – barrantes.daniel@gmail.com
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