Jung Mo Sung
El mundo está pasando por cambios profundos. Además de la caída del bloque socialista y la creación de un nuevo orden económico internacional, estamos viviendo una revolución en el campo de la tecnología. Algunos llegan a decir que el mundo está cambiando como nunca antes.
El primer gran cambio tecnológico que modificó radicalmente el modo de vivir de las personas ocurrió hace 12 mil años con la revolución agrícola. En la medida en que los grupos humanos aprendieron a domesticar semillas y a cultivar la tierra, pudieron establecerse en un lugar y crear ciudades y civilizaciones.
El segundo gran cambio vino con la revolución industrial, en el siglo XVIII. Con las máquinas y los motores, las distancias se acortaron, el campo dejó de ser el espacio económico más importante, y sobrevino el fenómeno de la urbanización masiva.
Hoy estamos viviendo la tercera gran revolución tecnológica. Los computadores, conectados a través de redes mundiales como la Internet, los medios de comunicación interactiva, la realidad virtual y otros avances en el área de la informática, transformaron radicalmente las nociones del tiempo y del espacio e incluso de la realidad.
Ya existen, por ejemplo, tiendas de armarios de cocina que no exponen ya los armarios para vender. Tienen solamente computadores conectados que permiten a los clientes "entrar" en cocinas que sólo existen en una "realidad virtual" y experimentar los armarios, modificarlos, y decidir entre varios modelos. Después de la elección del modelo, que sólo el cliente "vio", el gerente de la tienda "congela" los datos en la memoria del computador y los envía, por vía telefónica, al computador de la fábrica, que programa las máquinas computarizados para la fabricación de ese pedido.
Este tipo de tecnología está modificando profundamente la forma de organizar el trabajo en las fábricas. Aparte de disminuir la cantidad de trabajadores, se exige ahora trabajadores con alta calificación.
La segunda área de la actual revolución tecnológica se da en la biotecnología: tecnología vinculada a la vida, sea humana, sea de los animales y los vegetales. La industria farmacéutica de alta tecnología será una de las locomotoras de la economía. Además, la ingeniería genética aplicada a los alimentos está posibilitando grandes zafras y nuevos productos. Algunos ejemplos: sandías sin simientes, tomates que duran mucho más tiempo, "fabricación" de frijoles ya no en el campo sino en laboratorios, etc.
La tercera área es la de nuevos materiales. Basta mirar a los carros modernos para ver cómo el plástico y la cerámica están sustituyendo los materiales tradicionales. Ya existen pruebas de motores de carros hechos con cerámica, no ya con acero. Lo que significa pérdida de precio y de importancia económica de las materias primas tradicionales.
En resumen: vivimos en una economía donde lo más importante ya no es la tierra (factor clave en una sociedad agrícola), ni en las materias primas, máquinas e industrias (de la revolución), sino el conocimiento. Ello significa que el futuro de un pueblo pasa a depender sobre todo de la enseñanza y de la investigación de su sistema educacional. Precisamente en la época en que nuestras escuelas públicas y centros de investigación están siendo mermados, sea por causa de los ajustes económicos, sea por falta de voluntad política.
"Sem Fronteiras", Sao Paulo 233 (octubre 1995) 34
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