Es falso que todos los cristianos asuman una actitud mediocre, apática e insensible a la realidad social. Muchos cristianos han sido ejemplo de lucha por la Justicia Social. Rescatamos éste texto de Juan Ignacio Padilla que nos recuerda la existencia de esos sectores ocupados en la liberación,la dignidad y la vida plena para todos desde su enfoque de fé.
---------------------------------
Cristianos y Luchas Populares en México
Contra el capitalismo liberal del Porfiriato a la Revolución Popular de 1910
(Extracto del Artículo de Juan Ignacio Padilla.Con comentarios).
Medra en todos los países una infra-especie humana que es, en último análisis, la provocadora y culpable de las crisis sociales, grandes y pequeñas, sangrientas y tranquilas, estrepitosas y sordas; que desgraciadamente, es la última en sufrir y que rara vez se ve ahogada en las tempestades que levanta. Tal es la clase capitalista que nunca ha salido del paganismo (1), que vive hundida en el más bestial de los materialismos, presa de una codicia sin limite y clásica representativa del lupus hominis.
Encontramos a los capitalistas en cualquier lugar del mundo y en cualquier momento de la historia. Su socarronería ante el mensaje evangélico es de lo más funesta. Ellos han creado el problema social de todos los tiempos, desde la escisión entre patricios y plebeyos en la vieja Roma, hasta la lucha de clases en nuestros días. El que unos cuantos detenten la riqueza, mientras las multitudes carecen aún de lo indispensable, ha constituido siempre el fermento más activo de las luchas entre los hombres.
Dios creó al mundo para el servicio del hombre, de todos los hombres por igual, si por igual trabajan pudiendo hacerlo. Lo que la Tierra produce debe bastar para que todos vivamos satisfechos y en paz.
Pero ha brotado la raza de los rapaces, de los que lo ambicionan todo; y esa "raza" al propagarse por el mundo, ha hecho que huya de las sociedades la paz de la convivencia. La explotación del hombre por el hombre con su prolongación desesperante, provocó una serie de reacciones violentas por parte de las mayorías explotadas contra las minorías explotadoras.
En la plenitud del imperio liberal, León XIII alza su voz preñada de angustia para repetir a los capitalistas la severa advertencia de Cristo: "No defraudéis su salario a los pobres". Les recuerda la misión social de la riqueza y los insta a hacer justicia a los trabajadores, si no quieren que éstos se lancen airados a una lucha desastrada. Viendo venir sobre el mundo la catástrofe, los conmina a conjurarla, despojándose de las fauces lobunas para revestirse de la justicia y la caridad de Cristo.
Pero el mensaje no llegó a su destino, o llegó con retraso, porque los magnavoces, los sacerdotes, estaban en su mayoría desconectados. Muchos de ellos, inexplicablemente, ignoraron la Rerum Novarum (2) y algunos la conocieron por referencia, cuarenta años después, cuando Pio XI intentó sacudir en vano las conciencias de los plutólatras con su Cuadragésimo Anno, y aún hubo en el Clero, quienes habiendo conocido la Rerum Novarum, optaron por la complicidad del silencio, porque juzgaron inoportuno y peligroso para México el llamado del Pontífice que hablaba por el Espíritu Santo.
Entretanto los capitalistas, que eran los hacendados en el México anterior a la Revolución, llevaban adelante su explotación a gran escala sin que nadie pudiera coartarles sus libertades consagradas por el liberalismo. Salarios hasta de 0.14 por jornadas de sol a sol, tiendas de raya; servidumbre esclavizante: el peón pertenecía a su amo con lo poco que poseía: vida, músculo, mujer, hijas e hijos; y no es por desgracia, un mero cuento el "derecho de la primera noche" que algunos amos se arrogaban sobre las doncellas el día de sus desposorios.
Era la iniquidad al margen de todo derecho. La injusticia clamaba al Cielo.
Y estos capitalistas eran muy católicos. Todos los domingos, con extraordinario celo, llevaban a la hacienda al sacerdote para que confesara a los ladrones de frutos y para que exhortara a los grandes pillos a la sumisión y obediencia que debían a sus amos. No le permitían en cambio, comunicarse con los peones sino en el Confesionario. Los jacales infectos solo recibían la visita del Sacerdote cuando algún moribundo solicitaba su pasaporte a la Eternidad.
Muchos Sacerdotes olvidaron su deber como Padres de los Pobres (3) y se doblegaron lastimosamente a las exigencias de los hacendados. Y cuando alguno impuso los fueros de su dignidad sacerdotal sobre la consigna del poderoso – que los hubo, santamente indoblegables- y predicaba a los campesinos la Doctrina Social de León XIII, se encontraba en la Sacristía con el colérico patrón que le gritaba: - o deja de predicar sus tarugadas, padre, o no vuelve a poner los pies en mi hacienda-.
Desgracia para México y para la Iglesia que no se multiplicaran entonces varones eminentes y apostólicos como los Obispos José Mora y del Río, prmotor de la lucha social católica en México, Enrique Sánchez Paredes y Manuel Fulcheri (4); José María Troncoso, Superior de los Padres Josefinos en la Provincia de México; Alfredo Méndez Medina, Carlos María Heredia, Lucio Villanueva y Arnulfo Castro, de la Compañía de Jesús; Rafael Dávila Vilchis, José Toral Moreno y Darío Miranda, Sacerdotes del Clero Secular; Salvador Moreno y Pedro Lascuráin; José R Galindo, Roberto Huichison, Francisco Mijares , Manuel de la Peza y Gregorio Aguilar.
A ellos se deben los primero valiosos esfuerzos realizados en plena dictadura porfirista para dar cuerpo y vigencia a la doctrina pontificia sobre los derechos de los trabajadores. Si don Porfirio Díaz y su gobierno liberal masónico, lejos de combatir las ideas postuladas por éstos católicos, les hubiesen dado fuerza de Ley, México se hubiera ahorrado todos los dolores que le causaron las siguientes revoluciones (5).
Los Congresos Católicos, las Semanas Sociales, los Congresos Agrícolas reunidos entre 1903 y 1909 en Puebla, Morelia, Guadalajara, Oaxaca, Tulancingo, León, Zamora, Zapopan y México ( Ciudad de) lograron maravillosas conclusiones que lamentablemente nunca tuvieron eco ni en el gobierno porfirista ni en los capitalistas.
La Unión Obrera Operarios Guadalupanos , fundada por José Refugio Galindo en 1905, organizó varias semanas agrícolas para el estudio de los problemas de los peones de cada Región. Las conclusiones de las mismas, en forma de iniciativas de Ley, fueron presentadas ante las Cámaras. Pero los diputados liberales ni siquiera las discutieron. (6)
En 1908, bajo la dirección del R.P. José María Troncoso, se constituyó la Unión Católica Obrera para el estudio y solución de la cuestión social en México, particularmente de la clase obrera. Cuán intensa haya sido la actividad desplegada por sus dirigentes, lo revela el hecho de que en Enero de 1913 tenían perfectamente organizada y en marcha, la Confederación Católica Obrera con 14,539 obreros afiliados. EL primer intento de sindicalización obrera en México, se debe pues a éstos Católicos.
Textos Explicativos y adjuntos. Consideremos que Juan Ignacio era básicamente un luchador social, un militante y dirigente de un movimiento popular, asi que sus opiniones, más que de un detallado teórico, son reflexiones del dirigente social.
1.- Juan Ignacio se refiere con éste calificativo, a que tales capitalistas adoran al dios Mammón, sinónimo de adoración a la Avaricia. El texto, escrito a principios de la década de los 40s, recoge las formas propias del lenguaje de la época.
2.- http://www.vatican.va/holy_father/leo_xiii/encyclicals/documents/hf_l-xiii_enc_15051891_rerum-novarum_sp.html
Tómese en cuenta la época: Fines de Siglo XIX. Ciertamente, el texto sonaría demasiado moderado o incluso ingenuo para nuestros tiempos, pero marca el arranque de la línea social de muchos cristianos comprometidos muy a fondo en las luchas por mejorar las condiciones de vida de los Pueblos. Ciertamente, la Historia Oficial (en México) y los escándalos actuales de la Iglesia y su carencia de líderes con sensibilidad social parecen ocultar esa veta que sin embargo existe y tiene enorme importancia en los procesos por la Justicia Social.
3.- La frase es franciscana. Juan Ignacio conocía profundamente la teología por haber sido el mismo, estudioso de ésta disciplina. Sin embargo, no siguió la carrera eclesial pues prefirió el compromiso social en un Movimiento Popular y Nacionalista llamado Movimiento Sinarquista, fundado por el junto a José Antonio Urquiza, los hermanos Trueba y los Zermeño, entre otros.
http://www.servicioskoinonia.org/relat/251.htm Sobre la Opción Preferencial por los Pobres.
«La conversión se realiza en la vida cotidiana mediante gestos de reconciliación, la atención a los pobres, el ejercicio y la defensa de la justicia y del derecho (cfr. Am 5, 24; Is 1, 17)» (1435). Texto magnífico, que debería orientar toda nuestra vida cristiana y nuestros compromisos.
Finalmente, en esta parte dedicada a los sacramentos, el Catecismo recuerda cómo Jesús asocia a los discípulos « a su vida pobre y humilde» (1506) en el cuidado por los enfermos.
Donde, sin duda alguna, el Catecismo habla más extensamente de los pobres es en la tercera parte, dedicada a la moral. Casi al principio, recuerda las bienaventuranzas de Mateo y naturalmente cita el «bienaventurados los pobres de espíritu, porque de ellos es el Reino de los cielos» (1716). Más tarde, al explicar la virtud de la caridad, indica que tal virtud nos exige «que amemos a los niños (cfr. Mc 9,37) y a los pobres como El mismo (cfr. Mt 25, 40.45)» (1825). Y cuando enumera los pecados «que aclaman al cielo», cita «el lamento del extranjero, de la viuda y el huérfano cfr. Ex 22, 20-22); la injusticia contra el asalariado (cfr. Dt 24, 24-25; Is 5,4)» (1867).
4.- Monseñor Fulcheri tuvo una relación cordial y coordinada con Zapata. Quien era un personaje de religiosidad popular muy acendrada, recordemos que los Zapatistas portaban estandartes Guadalupanos y en el sombrero, la misma figura sacra se multiplicaba. No era gratuito, Fulcheri era de los impulsores del cooperativismo y las Cajas Sociales en Morelos.
"…cuando los estados del norte empezaron a movilizarse en contra de Huerta, líderes como Antonio I. Villarreal, Pancho Villa en sus inicios, y el ejército al mando de Álvaro Obregón, cometieron constantes ataques contra el clero, sus escuelas y obras de caridad, contra templos y propiedades eclesiásticas. Por ejemplo, cuando Villa entró a Zacatecas fueron arrestados todos los clérigos de la ciudad; Antonio I. Villarreal dictó algunos de los primeros decretos reduciendo el número de sacerdotes en el Estado de Nuevo León; mientras el general Obregón instalaba sus cuarteles en Guadalajara en todas las iglesias, incluida la catedral.
En cambio, en Morelos, Emiliano Zapataprotegió al clero y a la tradicional religiosidad católica del sur del país. Mientras que el avance de las fuerzas constitucionalistas obligaba a los clérigos a buscar refugio en el sur, e incluso en Veracruz durante la ocupación norteamericana, y finalmente a exiliarse, como hicieron los obispos en 1917, Zapata dio refugio a monseñor Manuel Fulcheri, sus entradas a la ciudad de México fueron celebradas con las campanas de las iglesias al vuelo, y algunos curas participaron en sus filas".
http://www.monografias.com/trabajos11/catolmex/catolmex.shtml
5.- La Dieta de Zamora fue una reunión (llamadas Dietas) en la ciudad michoana convocada por los sindicatos de origen cristiano.
Al estallar la revolución existía ya una Unión Católica Obrera, presidida por el licenciado Salvador Moreno Arriaga, a cuyas instancias se celebró una asamblea general, en la que se discutieron las bases para la formación de una organización más amplia. De la asamblea surgió la Confederación Católica Obrera (CCO), que agrupaba a cuarenta y seis círculos obreros con doce mil doscientos treinta socios efectivos en 1911.
http://www.juridicas.unam.mx/publica/rev/hisder/cont/14/cnt/cnt3.htm
La CCO convocó de inmediato a la "Dieta de Zamora, que se realizó a principios de 1913. Sus objetivos eran llevar a cabo una reforma al sistema económico apoyada en los principios de la encíclica papal Rerum Novarum".32
Algunas de las resoluciones que se tomaron en la Dieta de Zamora fueron: salario mínimo, para satisfacer las necesidades normales de vida; supresión del trabajo para mujeres casadas y niños; habitación y un taller para los artesanos; se propuso la creación del seguro social de desempleo, accidentes, enfermedad y vejez; así como la creación de juntas de arbitraje para resolver los conflictos entre el capital y el trabajo, con carácter permanente y obligatorio; se propugnó la participación en los beneficios y aun en la propiedad de las empresas, ya fuera mediante acciones, ya por otros métodos que se irían elaborando; protección eficaz del trabajo a domicilio, sobre todo del de las mujeres y jóvenes costureras; representación legal ante los poderes públicos de los intereses de los trabajadores, etcétera. Los dirigentes católicos se jactaban de haber emprendido, en 1913, "un programa social tan avanzado como las disposiciones contenidas en el artículo 123 de la Constitución de 1917".33
Contra el capitalismo liberal del Porfiriato a la Revolución Popular de 1910
(Extracto del Artículo de Juan Ignacio Padilla.Con comentarios).
Medra en todos los países una infra-especie humana que es, en último análisis, la provocadora y culpable de las crisis sociales, grandes y pequeñas, sangrientas y tranquilas, estrepitosas y sordas; que desgraciadamente, es la última en sufrir y que rara vez se ve ahogada en las tempestades que levanta. Tal es la clase capitalista que nunca ha salido del paganismo (1), que vive hundida en el más bestial de los materialismos, presa de una codicia sin limite y clásica representativa del lupus hominis.
Encontramos a los capitalistas en cualquier lugar del mundo y en cualquier momento de la historia. Su socarronería ante el mensaje evangélico es de lo más funesta. Ellos han creado el problema social de todos los tiempos, desde la escisión entre patricios y plebeyos en la vieja Roma, hasta la lucha de clases en nuestros días. El que unos cuantos detenten la riqueza, mientras las multitudes carecen aún de lo indispensable, ha constituido siempre el fermento más activo de las luchas entre los hombres.
Dios creó al mundo para el servicio del hombre, de todos los hombres por igual, si por igual trabajan pudiendo hacerlo. Lo que la Tierra produce debe bastar para que todos vivamos satisfechos y en paz.
Pero ha brotado la raza de los rapaces, de los que lo ambicionan todo; y esa "raza" al propagarse por el mundo, ha hecho que huya de las sociedades la paz de la convivencia. La explotación del hombre por el hombre con su prolongación desesperante, provocó una serie de reacciones violentas por parte de las mayorías explotadas contra las minorías explotadoras.
En la plenitud del imperio liberal, León XIII alza su voz preñada de angustia para repetir a los capitalistas la severa advertencia de Cristo: "No defraudéis su salario a los pobres". Les recuerda la misión social de la riqueza y los insta a hacer justicia a los trabajadores, si no quieren que éstos se lancen airados a una lucha desastrada. Viendo venir sobre el mundo la catástrofe, los conmina a conjurarla, despojándose de las fauces lobunas para revestirse de la justicia y la caridad de Cristo.
Pero el mensaje no llegó a su destino, o llegó con retraso, porque los magnavoces, los sacerdotes, estaban en su mayoría desconectados. Muchos de ellos, inexplicablemente, ignoraron la Rerum Novarum (2) y algunos la conocieron por referencia, cuarenta años después, cuando Pio XI intentó sacudir en vano las conciencias de los plutólatras con su Cuadragésimo Anno, y aún hubo en el Clero, quienes habiendo conocido la Rerum Novarum, optaron por la complicidad del silencio, porque juzgaron inoportuno y peligroso para México el llamado del Pontífice que hablaba por el Espíritu Santo.
Entretanto los capitalistas, que eran los hacendados en el México anterior a la Revolución, llevaban adelante su explotación a gran escala sin que nadie pudiera coartarles sus libertades consagradas por el liberalismo. Salarios hasta de 0.14 por jornadas de sol a sol, tiendas de raya; servidumbre esclavizante: el peón pertenecía a su amo con lo poco que poseía: vida, músculo, mujer, hijas e hijos; y no es por desgracia, un mero cuento el "derecho de la primera noche" que algunos amos se arrogaban sobre las doncellas el día de sus desposorios.
Era la iniquidad al margen de todo derecho. La injusticia clamaba al Cielo.
Y estos capitalistas eran muy católicos. Todos los domingos, con extraordinario celo, llevaban a la hacienda al sacerdote para que confesara a los ladrones de frutos y para que exhortara a los grandes pillos a la sumisión y obediencia que debían a sus amos. No le permitían en cambio, comunicarse con los peones sino en el Confesionario. Los jacales infectos solo recibían la visita del Sacerdote cuando algún moribundo solicitaba su pasaporte a la Eternidad.
Muchos Sacerdotes olvidaron su deber como Padres de los Pobres (3) y se doblegaron lastimosamente a las exigencias de los hacendados. Y cuando alguno impuso los fueros de su dignidad sacerdotal sobre la consigna del poderoso – que los hubo, santamente indoblegables- y predicaba a los campesinos la Doctrina Social de León XIII, se encontraba en la Sacristía con el colérico patrón que le gritaba: - o deja de predicar sus tarugadas, padre, o no vuelve a poner los pies en mi hacienda-.
Desgracia para México y para la Iglesia que no se multiplicaran entonces varones eminentes y apostólicos como los Obispos José Mora y del Río, prmotor de la lucha social católica en México, Enrique Sánchez Paredes y Manuel Fulcheri (4); José María Troncoso, Superior de los Padres Josefinos en la Provincia de México; Alfredo Méndez Medina, Carlos María Heredia, Lucio Villanueva y Arnulfo Castro, de la Compañía de Jesús; Rafael Dávila Vilchis, José Toral Moreno y Darío Miranda, Sacerdotes del Clero Secular; Salvador Moreno y Pedro Lascuráin; José R Galindo, Roberto Huichison, Francisco Mijares , Manuel de la Peza y Gregorio Aguilar.
A ellos se deben los primero valiosos esfuerzos realizados en plena dictadura porfirista para dar cuerpo y vigencia a la doctrina pontificia sobre los derechos de los trabajadores. Si don Porfirio Díaz y su gobierno liberal masónico, lejos de combatir las ideas postuladas por éstos católicos, les hubiesen dado fuerza de Ley, México se hubiera ahorrado todos los dolores que le causaron las siguientes revoluciones (5).
Los Congresos Católicos, las Semanas Sociales, los Congresos Agrícolas reunidos entre 1903 y 1909 en Puebla, Morelia, Guadalajara, Oaxaca, Tulancingo, León, Zamora, Zapopan y México ( Ciudad de) lograron maravillosas conclusiones que lamentablemente nunca tuvieron eco ni en el gobierno porfirista ni en los capitalistas.
La Unión Obrera Operarios Guadalupanos , fundada por José Refugio Galindo en 1905, organizó varias semanas agrícolas para el estudio de los problemas de los peones de cada Región. Las conclusiones de las mismas, en forma de iniciativas de Ley, fueron presentadas ante las Cámaras. Pero los diputados liberales ni siquiera las discutieron. (6)
En 1908, bajo la dirección del R.P. José María Troncoso, se constituyó la Unión Católica Obrera para el estudio y solución de la cuestión social en México, particularmente de la clase obrera. Cuán intensa haya sido la actividad desplegada por sus dirigentes, lo revela el hecho de que en Enero de 1913 tenían perfectamente organizada y en marcha, la Confederación Católica Obrera con 14,539 obreros afiliados. EL primer intento de sindicalización obrera en México, se debe pues a éstos Católicos.
Textos Explicativos y adjuntos. Consideremos que Juan Ignacio era básicamente un luchador social, un militante y dirigente de un movimiento popular, asi que sus opiniones, más que de un detallado teórico, son reflexiones del dirigente social.
1.- Juan Ignacio se refiere con éste calificativo, a que tales capitalistas adoran al dios Mammón, sinónimo de adoración a la Avaricia. El texto, escrito a principios de la década de los 40s, recoge las formas propias del lenguaje de la época.
2.- http://www.vatican.va/holy_father/leo_xiii/encyclicals/documents/hf_l-xiii_enc_15051891_rerum-novarum_sp.html
Tómese en cuenta la época: Fines de Siglo XIX. Ciertamente, el texto sonaría demasiado moderado o incluso ingenuo para nuestros tiempos, pero marca el arranque de la línea social de muchos cristianos comprometidos muy a fondo en las luchas por mejorar las condiciones de vida de los Pueblos. Ciertamente, la Historia Oficial (en México) y los escándalos actuales de la Iglesia y su carencia de líderes con sensibilidad social parecen ocultar esa veta que sin embargo existe y tiene enorme importancia en los procesos por la Justicia Social.
3.- La frase es franciscana. Juan Ignacio conocía profundamente la teología por haber sido el mismo, estudioso de ésta disciplina. Sin embargo, no siguió la carrera eclesial pues prefirió el compromiso social en un Movimiento Popular y Nacionalista llamado Movimiento Sinarquista, fundado por el junto a José Antonio Urquiza, los hermanos Trueba y los Zermeño, entre otros.
http://www.servicioskoinonia.org/relat/251.htm Sobre la Opción Preferencial por los Pobres.
«La conversión se realiza en la vida cotidiana mediante gestos de reconciliación, la atención a los pobres, el ejercicio y la defensa de la justicia y del derecho (cfr. Am 5, 24; Is 1, 17)» (1435). Texto magnífico, que debería orientar toda nuestra vida cristiana y nuestros compromisos.
Finalmente, en esta parte dedicada a los sacramentos, el Catecismo recuerda cómo Jesús asocia a los discípulos « a su vida pobre y humilde» (1506) en el cuidado por los enfermos.
Donde, sin duda alguna, el Catecismo habla más extensamente de los pobres es en la tercera parte, dedicada a la moral. Casi al principio, recuerda las bienaventuranzas de Mateo y naturalmente cita el «bienaventurados los pobres de espíritu, porque de ellos es el Reino de los cielos» (1716). Más tarde, al explicar la virtud de la caridad, indica que tal virtud nos exige «que amemos a los niños (cfr. Mc 9,37) y a los pobres como El mismo (cfr. Mt 25, 40.45)» (1825). Y cuando enumera los pecados «que aclaman al cielo», cita «el lamento del extranjero, de la viuda y el huérfano cfr. Ex 22, 20-22); la injusticia contra el asalariado (cfr. Dt 24, 24-25; Is 5,4)» (1867).
4.- Monseñor Fulcheri tuvo una relación cordial y coordinada con Zapata. Quien era un personaje de religiosidad popular muy acendrada, recordemos que los Zapatistas portaban estandartes Guadalupanos y en el sombrero, la misma figura sacra se multiplicaba. No era gratuito, Fulcheri era de los impulsores del cooperativismo y las Cajas Sociales en Morelos.
"…cuando los estados del norte empezaron a movilizarse en contra de Huerta, líderes como Antonio I. Villarreal, Pancho Villa en sus inicios, y el ejército al mando de Álvaro Obregón, cometieron constantes ataques contra el clero, sus escuelas y obras de caridad, contra templos y propiedades eclesiásticas. Por ejemplo, cuando Villa entró a Zacatecas fueron arrestados todos los clérigos de la ciudad; Antonio I. Villarreal dictó algunos de los primeros decretos reduciendo el número de sacerdotes en el Estado de Nuevo León; mientras el general Obregón instalaba sus cuarteles en Guadalajara en todas las iglesias, incluida la catedral.
En cambio, en Morelos, Emiliano Zapataprotegió al clero y a la tradicional religiosidad católica del sur del país. Mientras que el avance de las fuerzas constitucionalistas obligaba a los clérigos a buscar refugio en el sur, e incluso en Veracruz durante la ocupación norteamericana, y finalmente a exiliarse, como hicieron los obispos en 1917, Zapata dio refugio a monseñor Manuel Fulcheri, sus entradas a la ciudad de México fueron celebradas con las campanas de las iglesias al vuelo, y algunos curas participaron en sus filas".
http://www.monografias.com/trabajos11/catolmex/catolmex.shtml
5.- La Dieta de Zamora fue una reunión (llamadas Dietas) en la ciudad michoana convocada por los sindicatos de origen cristiano.
Al estallar la revolución existía ya una Unión Católica Obrera, presidida por el licenciado Salvador Moreno Arriaga, a cuyas instancias se celebró una asamblea general, en la que se discutieron las bases para la formación de una organización más amplia. De la asamblea surgió la Confederación Católica Obrera (CCO), que agrupaba a cuarenta y seis círculos obreros con doce mil doscientos treinta socios efectivos en 1911.
http://www.juridicas.unam.mx/publica/rev/hisder/cont/14/cnt/cnt3.htm
La CCO convocó de inmediato a la "Dieta de Zamora, que se realizó a principios de 1913. Sus objetivos eran llevar a cabo una reforma al sistema económico apoyada en los principios de la encíclica papal Rerum Novarum".32
Algunas de las resoluciones que se tomaron en la Dieta de Zamora fueron: salario mínimo, para satisfacer las necesidades normales de vida; supresión del trabajo para mujeres casadas y niños; habitación y un taller para los artesanos; se propuso la creación del seguro social de desempleo, accidentes, enfermedad y vejez; así como la creación de juntas de arbitraje para resolver los conflictos entre el capital y el trabajo, con carácter permanente y obligatorio; se propugnó la participación en los beneficios y aun en la propiedad de las empresas, ya fuera mediante acciones, ya por otros métodos que se irían elaborando; protección eficaz del trabajo a domicilio, sobre todo del de las mujeres y jóvenes costureras; representación legal ante los poderes públicos de los intereses de los trabajadores, etcétera. Los dirigentes católicos se jactaban de haber emprendido, en 1913, "un programa social tan avanzado como las disposiciones contenidas en el artículo 123 de la Constitución de 1917".33
1 comentario:
En 1870 se funda el Gran Círculo Obrero Socialista de México con mas de 28000 obreros afiliados, siendo el primer intento de la defensa obrera, http://barriosanfernandotlalpanmxico.blogspot.com/
Publicar un comentario