Preludio
Hace tiempo, el antropólogo Guillermo Marín escribía una reflexión crítica sobre el concepto de “Nacionalismo”. Recién leo un texto de Guillaume de Faye, que coincide en varios puntos, inclusive con expresiones parecidas.Algunos nacionalistas lo tomaron a mal. Pero una lectura más concienzuda del texto y vista la realidad actual, así como una reflexión más a fondo de los Principios Ideológico – Culturales y éticos, nos puede ayudar a comprender el espinoso tema del Nacionalismo en México y Latinoamérica.
Permítanme empezar mi reflexión con una conclusión polémica: Debemos decir adiós al Nacionalismo.
Imagino la extrañeza en el rostro de muchos de ustedes, amigos, amigas. Pero me explico:
DE LA CULTURA Y LA BELLEZA
El Profesor Miguel A. Gallo define la Cultura como la estructura básica de un colectivo humano expresada en la forma de relacionarse, de festejar, de identificarse, en sus códigos de valores, etc.….
Otras definiciones son semejantes: La Cultura es el Alma de un Pueblo.
No podemos seguir sin entender lo siguiente: Cultura no es “el buen gusto” y NO significa exclusivamente el arte, mucho menos, se reduce a “ver” espectáculos elitistas, como la ópera o exhibiciones rodeadas de glamour y dedicadas a satisfacer el ego del “artista”.
Cultura, es, podríamos definir, toda expresión común de un grupo humano, sea pequeño o sea un pueblo de millones de personas.
Eso nos lleva a otras reflexiones.
Cultura es el Arte, el nivel de conocimientos de una sociedad, las leyes y la Autoridad, la forma de divertirse, de interpretar la vida, su propia existencia, su Herencia y su futuro. Por lo tanto, la filosofía, la religión, el deporte, también forman parte de la cultura. Y tendríamos que el Estado, la Economía, son consecuencias de determinada cultura.
Cada pueblo, entendido como un conglomerado de personas con una historia común, una relación social común y ciertas características que les hacen compartir intereses y propósitos, tiene una cultura. En el caso de México, podemos tener tantas divisiones y tantas similitudes como se le antoje al opinante. Pero estamos en la Realidad y ésta nos dice que compartimos una Herencia: miles de años hace, surgieron los primeros humanos y crearon culturas que trascendieron: Olmecas, Totonacas, entre otros. La llegada de nahoas y mayas fue tan novedosa como lo fue la de los europeos siglos más tarde. Sangre céltica e íbera con la sangre Anahuaka, fueran mayas, toltecas, purépecha, seris, etc.…
Estos milenios dejaron huellas: ciertas cosmogonías compartidas, formas artísticas, lúdicas, deportivas, de autoridad, de trabajo y economía (tequio), de virtudes y códigos éticos, de espiritualidad y religiosidad, de símbolos arquetípicos (Águila, Jaguar, Cruz, Montes y Lugares Sagrados).
Así pues, cada etapa compartida, suma a la Cultura en General. La Cultura es evolutiva, cambiante, influye y es influenciada.
DE LOS CIUDADANOS Y EL NACIONALISMO LIBERAL
Pierde sentido cualquier argumento legaloide y burocrático respecto a la “ciudadanía”. Término éste, muy reciente, propio del liberalismo:
Ciudadano es el nacido dentro de cierto territorio y ciertas condiciones jurídicas. Cubiertos los requisitos, automáticamente el sujeto ya es “mexicano”.
Así, un ruso nacido por accidente en Cancún, ya es mexicano. Un francés que naciera en avión mexicano o en la embajada mexicana ya es mexicano.
Sobre éste razonamiento liberal, se fundaron los Estados Nacionales modernos. El Estado no responde a una Herencia o a un Destino y menos a un código ético comunitario. El Estado se desliga de todo propósito espiritual pasando de un extremo a otro.
(Sometido a la supervisión asfixiante de una jerarquía religiosa a la total indiferencia del espíritu humano y sentido de trascendencia).
El siguiente paso del liberalismo, negando la Comunidad, negando el sentido de trascendencia del Estado, fue el de romper todo tipo de relación del Grupo Humano con su Tierra. Pues siendo la Sociedad una simple relación jurídica, no se ve que responsabilidad pueda tenerse con la Tierra, Ríos, Bosques, fuera de la utilidad económica.
Y LOS OTROS NACIONALISMOS
Surgieron pues, los “nacionalismos” basados en la lucha de un Estado Nacional contra otro. (Recordemos que donde “nace” el sujeto, a esa “Nación” pertenece). Ya convertidos en capitalistas, los gobernantes liberales buscaron áreas de dominio comercial.
En ciertos momentos, surgieron otros “nacionalismos”. Ahora, reclamando el derecho de una Comunidad a existir, a expresar su cultura y poseer una Herencia y un Destino.
Algunos nacionalismos cayeron en excesos y no supieron romper los paradigmas impuestos por los “nacionalismos” de los mercaderes liberales.
Así, tenemos que muchos partidos políticos presentándose como Nacionalistas, no dudaron en aliarse a los mercaderes de naciones colonialistas para masacrar a sus disidentes internos. Vemos el ejemplo en el Partido “Nacional –Revolucionario” de México en los años 20s y 30s. Típico ejemplo del nacionalismo liberal.
Podríamos entonces, plantear varias corrientes del nacionalismo.
El Liberal (exclusivamente jurídico y defensor del Capitalismo criollo)
El conservador (Igual, pero ligado a sectores de la jerarquía religiosa o a grupos que antaño fueron los dominantes).
Nacionalismo de Izquierda. Marxistas con suficiente valor para decidir por si mismos y su propia realidad social. Pero siguen considerando exclusivamente al Estado y la Economía como únicos temas.
Nacionalismo Social / Nacional – Socialismo. Fuera del tema sionista, el militarismo, y situaciones propias de la Europa de la primera mitad del siglo XX, tuvo aciertos interesantes: el rescate de la Herencia Ancestral, la recuperación del Sentido de Naturaleza-Comunidad, la Dignidad de la Comunidad y la Solidaridad.
El Nacionalismo Sinarquista o Nacional Sinarquismo. Tuvo también ciertos errores. Falta de visión a largo plazo, no generó suficientes cuadros intelectuales, le faltó mucho análisis y evolución de su discurso.
MUERE EL VIEJO NACIONALISMO…
Su enfoque es más orgánico: La Nación es la Comunidad de comunidades. El Pueblo es tal, en la medida en que sus comunidades son concientes de su herencia y de su destino común. Como tal tiene una relación intrínseca con su Tierra, su Naturaleza. Y su código ético. Basado en el esfuerzo, el heroísmo, la constancia, la solidaridad, la crítica.
A esto, le sumamos el sentido “espiritual”. Entendido como la búsqueda de la esencia y la trascendencia de lo humano.
Sin embargo, el Sinarquismo tuvo una caída trágica en el año 2007 bajo la dirección de un grupo de viejos políticos. Al pretender convertir al Sinarquismo Nacionalista en un club de filantropía, prácticamente cancelaban cualquier proyecto propio de Nación, de Comunidad, de Trascendencia y se reducía a un puñado de “ciudadanos” al más puro estilo liberal.
En México, los nacionalismos mencionados no son los únicos. Pero considero que son los más notables.
Sin embargo, no pasan de ser grupos activos solo en Internet o confundidos ideológicamente (de pronto, son más liberales que nacionalistas).
O al extremo de presentarse como nacionalistas pero expresarse en inglés o adoptar sin sentido crítico símbolos y arquetipos de otros pueblos.
Así las cosas, puedo reflexionar que necesitamos “matar” ciertos nacionalismos.
¿Es vigente el concepto? ¿No será más propia otra expresión? Sobre todo en tiempos de “globalismo” / Mundialización ¿
Pues tenemos ese “detalle”: el mundo de los mercaderes liberales ahora es la Aldea Global. Las fronteras que antaño les servían para proteger sus cotos de poder, hoy no son necesarias y las eliminan con Tratados y Pactos comerciales.
Los viejos y nuevos marxistas nos hablan de “luchas sociales globalizadas” y solo los de la Izquierda Nacionalista hablan de los Derechos Culturales de una comunidad.
En mi opinión, el nacionalismo tal como se difunde en los Medios afectos al liberalismo / conservadurismo ha muerto.
No tiene caso defender una frontera cuando tus negocios necesitan nuevos mercados y especular más con los ingresos financieros.
A ésta estrategia de los mercaderes le llamamos capitalismo a secas. Y al maquillaje ecologista-social con que le pintan a veces, le llamamos capitalismo con políticas sociales para amortiguar explosiones sociales y darle estabilidad al Mercado Mundial… y para darle tiempo a la Madre Tierra de recuperarse un poco antes de seguirle chupando la sangre y leche.
En mis años de militancia Sinarquista comprendí una cosa:
Un movimiento de buenas personas y buenas intenciones solo calma la conciencia y sirve para que otros más avispados y menos escrupulosos lo usen como tapete electoral.
Ya Leonardo Andraca, ese legendario líder Sinarquista había advertido que la Fé y las Buenas Intenciones solo sirven para que los de mala fé y oscuras mañas manipulen, pero que la acción social, concreta, de verdad es semilla de cambio cultural y social.
Démosle pues su muerte al nacionalismo basado en el Estado Nación (gobernado por y para los mercaderes).
Matemos y difundamos el obituario del “nacionalismo” que sirve para manipular masas y favorecer mercados.
Matemos el “nacionalismo” del “sentimiento” y de la “pasión”. El nacionalismo justificador de la ignorancia y que considera que la estupidez propia es más loable que la estupidez del vecino.
¿UN NUEVO NACIONALISMO?
Pero entonces: tiene caso insistir en presentarnos como “Nacionalistas”?
Juguemos un poco: etnicistas, mexicanistas, social-comunitarios, identatarios, social-nacionalistas, nacional-sinarquistas, sinarquistas a secas…. Ustedes pueden elegir.
Y no es sencillo: Nosotros creemos en
- La Autogestión, no en la Dictadura,
- El Cooperativismo y empresa comunitaria, no en la Propiedad Privada absoluta,
- La Cultura y no solo en el legalismo jurídico
- La Comunidad antes que en el Estado
- La Espiritualidad que trasciende antes que en servir a determinadas jerarquías religiosas
- La Conciencia de Pueblo antes que en la dirección mesiánica de las masas
- En un Pueblo con Herencia Ancestral y un Destino antes que en el fatalismo de los mercaderes.
- En la sacralidad de la Tierra y la Naturaleza antes que en la economía depredatoria
De ahí que poseemos un contenido diferente al “nacionalismo” liberal.
México no es la frontera del Bravo al Usumacinta. México es un Pueblo aún en forja, con una herencia aún sin conocer completamente, con una “autoridad” sin trascendencia ni sentido del Honor*, tenemos una Cultura “contaminada” y enferma, con elementos de autodestrucción y caos, con códigos éticos confusos y retorcidos.
En la Herencia Ancestral hallamos elementos que nos permiten ir forjando ese Pueblo. Ese sentido de armonía, Orden, Retorno al Origen (Arqué o Arkhé) del hombre consigo mismo, con la Comunidad, con la Naturaleza y con lo Trascendente.
Esa Herencia nos permite hallarle un sentido al futuro.
Nuestro y de la Tierra.
Pero necesitamos que ese Pueblo vuelva a redescubrir la Belleza y la Conciencia, que practique su Voluntad.
Al enfocarnos en el Pueblo Mexicano, nos sentimos convocados porque “nacimos” en ésta Cultura. Y al estudiar otras Culturas Tradicionales descubrimos siempre los mismos referentes: Comunidad, Tierra, Virtudes Heroicas, Lo Sagrado.
La Nación, quizás en un sentido más profundo, nos sigue sirviendo de concepto. Nacer en la Cultura o Renacer en el Espíritu de una Comunidad, nos recuerda poderosamente los Ritos de Madurez en los Pueblos Ancestrales. Donde los pubertos se comprometían con su Comunidad a ser leales, dignos, cuidar de sus Viejos y dedicarse con honradez al trabajo y a honrar a sus Ancestros y sus Dioses.
Podríamos pues, seguir expresándonos como Nacionalistas…. Después de “matar” al “viejo nacionalista liberal” que pudiera ser que aún llevemos dentro.
De ese modo, no justificamos la estupidez del presente. Al contrario, la cuestionamos. Y nos rebelamos a ella. Y forjamos un Pueblo en tarea de siglos. Pero en un mundo de Caos y Mercaderes sacando ganancias a costa de matar de hambre y de polución a humanos y seres sintientes, esa es la esperanza de que la Madre Tierra y Nosotros sobreviviremos a la anarquía y nuestros herederos, podrán tener una Tierra Sana, Justa, con Comunidades Solidarias, libres, concientes.
De ahí, que los nacional – Sinarquistas hayan elegido reconstruir su Movimiento de un modo que combina la lucha política y lucha cultural. Pero que es un tema que veremos en el siguiente texto.
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